Friday, June 23, 2006

Camino al Baño (Holocausto en el sanitario)

Creo que he sido benévolo al colocar esta pequeña crónica: Camino al Baño, un nombre más apropiado y real podría ser: Rumbo a las cloacas del Infierno.

Lunes 8 de Agosto de 2005, 1:34 PM, me dirigía camino al baño para proceder al lavado de mis dientes; había sido un día normal, la tarde nacía muy normal, en un edificio normal. Mientras caminaba, mi mente se encontraba divagando e imaginado como sería mi vida con esto, sin aquello, etc. Cuando de repente estando a unos cuantos metros de la cocineta - que esta ubicada al lado del Baño de hombres-, sentí un olor extraño, penetrante y bastante desagradable. Pensé, ¿Será que algún animal quedo atrapado, se murió y esta en proceso de descomposición…? Sin embargo no lo medite mucho y continúe con mi camino.

Estando al frente del cafetín me encuentro con la muchacha encargada del aseo, la cual se disponía a entrar al baño de hombres para hacer su respectiva limpieza. Entonces yo detuve su acción preguntándole dentro mi inocencia: ¿De donde podrá venir ese olor tan desagradable?
Y ella respondió: Quien sabe, podría ser del baño, y acto seguido abrió la puerta y se interno dentro de aquel lugar. ¡OH!, mis palabras no alcanzan a describir lo que mi sentido del olfato tuvo que vivir en aquel instante, fueron unos cuantos segundos mientras la mujer abrió la puerta, paso el umbral y la puerta se cerró automáticamente, pero yo los viví como horas.
Ese olor extraño se convirtió en algo nauseabundo y asqueroso, la concentración de gas metano en aquel espacio del edificio, era tan fuerte que el solo hecho de pensar encender una pequeña cerilla pudo haber provocado una explosión, no se de que magnitud. Ese putrefacto olor me tenía dopado, mi ser no podía salir del asombro, pensar que una persona humana pudiese producir algo tan letal para la vida. Los dientes se me destemplaron, los cabellos se me erizaron. En un momento llegue a pensar: Era cierto lo que decía Bush, Irak si tiene bombas químicas y biológicas, y las estaban probando en el baño de EEPPM.

Un pensamiento me hizo salir de mi estado de aletargo e inconsciencia que me había provocado aquella hediondez; cuando recordé que en aquel baño se encontraba la muchacha del aseo, encerrada con aquel monstruo creado por la naturaleza humana. En ese instante mis sentimientos se encontraban en un momento de caos total, no sabia que hacer estaba entre el dilema de ayudarle a la mujer y paralelamente hacer parte de aquel horrendo hedor ó emprender una huida. Cuando de un momento a otro, noté que mis suplicas habían sido escuchadas y vi como se abría la puerta y aquella pobre mujer aun con vida y casi asfixiada trataba de escapar, respirar y con una fuerza física y mental contenía las nauseas que le provocaron el hecho de tener contacto directo y si protección en aquel baño. El rostro de esta muchacha era paupérrimo, pues estuvo expuesta a toda clase de vejaciones. Su cara similar al que presentan en películas como el Aro, La Maldición, Juego Macabro, Aguas turbias, pero en esta ocasión yo lo estaba presenciando en vivo y en directo, en una persona de carne y hueso, con alma y sentimiento tal como tú ó como yo. Y no en una sala de cine o por medio de una pantalla. Aquella escena me dejo marcado, ver a esa mujer con los ojos casi desorbitados, su rostro rojo y las venas brotadas llegando al límite de estallar. Yo no sabía si ayudarla o correr de aquel atroz espectáculo tan macabro.

Yo estúpidamente le pregunte: ¿Se encuentra bien? – Era lógico que no estaba bien, luego de entrar a ese baño mínimo salio con un trauma mental y un problema respiratorio -, (Claro la pregunta la hice a un prudente distancia, ella aun estaba en la puerta del baño). Ella con la voz débil y casi de ultratumba dijo: ese baño esta vuelto un C #€!%&, que H%&?· P”$4{#* para cagar feo. Y así continuo lanzando palabras de alto calibre e improperios, y maldiciendo aquel momento por el cual había tenido que pasar.
Personalmente creó que esta mujer en otra vida tuvo que haber sido hitler o algo parecido, para tener que vivir una experiencia como esa; lo que hizo en otra vida fue muy malo.

Yo por mi lado me dirigí a otro baño, no quise tener la experiencia vivida por aquella mujer, o mejor dicho, no puse en riesgo mi vida e integridad física. Mientras me alejaba pensé en llamar a la Sijin para que hicieran el levantamiento del cadáver que se encontraba pudriéndose en el Baño, creó que en este caso sería fácil identificar al sujeto, debido a que su ADN, según palabras de la muchacha se encontraba esparcido por todo el sanitario.

Ahora cada vez que me dirijo al baño, me abraza la zozobra y el temor de solo pensar en lo que podré encontrar…

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